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Inter Cultural Coaching for the Chilean Way (Santiago de Chile)

Chile es hoy una de las 20 economías preferidas para los negocios. Con US$ 15 mil millones, se ubica en el lugar 19 a nivel mundial y en el tercer lugar en Sudamérica entre los países receptores de inversión extranjera directa, después de Brasil (US$ 48 mil millones) y México (US$ 19 mil millones).

Con ello, muchas empresas foráneas establecen oficinas subsidiarias y conforman equipos de trabajo en el territorio nacional. No es menor que anualmente ingresen al país más de Protected content personas a residir y trabajar, de las cuales más de la mitad cuenta con formación técnica o profesional. Ellas llegan a representar casi la mitad de la fuerza laboral chilena.

Para los ejecutivos suele ser un importante motivo de estrés el proceso personal y familiar que conlleva la transición de país y de cultura. Más allá del traslado y asentamiento en el nuevo territorio, junto con las expectativas de desarrollo profesional y comercial algunos enfrentan rupturas sociales y alejamientos familiares, además de barreras en el idioma y la cultura. En este último ámbito, desconocen los códigos, costumbres y reglas prevalentes en el nuevo país, lo que incide fuertemente sobre su efectividad y eficiencia.

Edward es un norteamericano, hijo de padres colombianos, que vino a residir en Chile con su esposa y dos hijas. Como vicepresidente del Banco para el cual trabaja, la oficina local se encargó de su traslado e instalación. No obstante, en los primeros meses de estadía, su desempeño laboral se vio seriamente mermado por su dificultad para entender las costumbres, valores y reglas locales, las relaciones sociales, las formas de pensar y estilos de hacer negocios en el país. Adicionalmente, se sentía sobrecargado con los trámites y tiempos, para él excesivos, que conllevaban las negociaciones con sus clientes y proveedores, sin mencionar los procesos asociados a la búsqueda de vivienda, la instalación de servicios y documentos así como la selección de colegio para sus hijas.

A ello se agregó la falta de actividades con amigos y familia a las que estaba acostumbrado en su país, con una cultura más frontal, horizontal y rápida. A poco andar sintió su efectividad cuestionada y experimentó dificultades para lograr las metas de colocación y renovaciones de operaciones encomendadas, ante lo cual sus superiores pusieron la voz de alerta.

Casos como éste ilustran los desafíos culturales que viven los profesionales expatriados y gerentes globales. Estudios entre ejecutivos norteamericanos indican que un tercio no logra cumplir con las expectativas de sus superiores, un 20% regresa a su país de origen dentro del primer año de traslado, y un 25% deja la compañía (usualmente por un competidor) al regresar.

Su fracaso ciertamente pone en riesgo los resultados y relaciones de las empresas internacionales. No sólo las ventas y oportunidades pueden afectarse por un estilo gerencial disonante, sino también la reputación de la marca puede implicarse debido a relaciones disfuncionales con clientes y gobierno. Desde el punto de vista del ejecutivo, su carrera profesional y vida familiar también se pueden ver severamente menoscabadas.

En estas transiciones, las empresas pueden hacer mucho por sus ejecutivos con el fin de retenerlos, motivarlos y desarrollarlos como líderes globales. En algunos países y empresas transnacionales, la preparación, orientación y entrenamiento a sus ejecutivos y familias que se reubican en un contexto y cultura diferentes, puede tomar varios meses. En especial, cuando se insertan en culturas muy diferentes a la propia.

El Coaching para transiciones culturales puede ser un aliado tanto para las empresas como para los ejecutivos que van a radicarse en Chile, o que recién están iniciando actividades en el país. Esta especialidad se centra en mejorar las habilidades culturales del gerente para potenciar notablemente su adaptación, satisfacción y desempeño laboral.

En sesiones individuales, se trabaja en torno a tres núcleos temáticos. Primero, habilidades relacionales y sociales, donde se aborda la calidad del trabajo en equipo, estilo de liderazgo, comunicaciones y relaciones con clientes. Segundo, sensibilidad y conciencia intercultural, donde se revisan y valoran las diferencias culturales así como los códigos y costumbres locales que inciden en las relaciones de trabajo, como el status social y autoridad, la religión, etc. Tercero, manejo del estrés, la frustración y los conflictos, lo que desarrolla autoconciencia, racionalización de los problemas y toma de acción. Se revisan actitudes, destrezas y comportamientos que inciden en el desempeño y satisfacción, tanto a nivel personal, como profesional y organizacional.

El Coaching para transiciones culturales no sólo agrega valor como un espacio para la reflexión, planificación y toma de acción de los ejecutivos, sino que además es una instancia para valorar e incorporar las diferencias entre culturas en destrezas y resultados que trascienden las fronteras.

El país hoy brinda servicios especializados y de calidad a gerentes internacionales y líderes globales que invierten y aportan al desarrollo nacional. El que las empresas pongan a disposición de sus ejecutivos estos servicios, incidirá en cómo experimenten y aprovechen “The Chilean Way” sabe usted cuánto le cuesta a su empresa no lograr sus metas este año?

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